Mente en blanco (libre)

Bajé la mirada y ordené mis pensamientos antes de hablar.

-Es más fácil controlar los recuerdos tristes y mis emociones del momento cuando la tengo en blanco- contesté- Así evito enojarme, frustrarme o siemplemente estar triste-

Evite mirárlo a los ojos, detestaba su "poder" si es que así se le podía llamar.

-Viroginesis- murmuré, esperando su reacción.

Asentí.

-Mis ojos son veneno por decirlo de alguna forma- Agregué -Creo que luego te acostumbras a desahogarte por otros medios-

- como cuales...? -pregunte interesado mientras no me resisti a probar de nuevo sus labios-

Solté una leve risita al sentir como se apoderaba de mis labios nuevamente.

-Gritar, ¿pegarle a alguién? Ah si, escribir, la danza, cosas comunes y corrientes - respondí.

- es por eso que viniste hasta aqui...? -pregunte con suspicacia- viniste a este lugar a estas horas de la noche para llorar no es asi...?

Miré el suelo, no quería admitirlo pero era cierto, había ido a llorar como una nenita. Asentí lentamente sin decir nada.

- no te averguences por ello... llorar nos hace bien a todos de ves en cuando.... -dije tomandola del rostro mientras volvia a besarla con intensidad-

Iba a replicar, pero preferí centrarme en su beso. Ladée la cabeza profundizándolo.

Suspiré al sentir sus labios en mi cuello, ese en definitiva era mi punto débil. Un escalofrío recorrió mi espina gracias a sus caricias. Me aferré de sus hombros con suavidad.

Internamente agradecía que se hubiese separado, aunque una parte de mi no lo quería así.

-No te preocupes, puedo caminar hasta el instituto sin problemas- comenté con una sonrisa.

Reí, niña.

-Esta bien, pero después ¿cómo te irás?- pregunté.

-Voy, voy- le dije comenzándo a caminar a su lado.

-Supongo que si- contesté, metiéndo las manos a mis bolsillos.

-¿A xavier?- pregunté, aun no conocía a casi nadie en la academia. Y por como lo llamaba supusé que era él.