Aquí ficha de Methiel

Nombre Completo: Meith Haltmish

Alias: Methiel o Methielstopheles

Edad: 28 años?

Raza: Mutante neutro, realmente ni él sabe sus intenciones.

Poder: Controla su sangre "enferma" al realizarse cortes en la mano y dejarla sangrar, puede materializarla a partir de la "propia" en objetos simples, o transformarse en una rafaga de la misma y moverse rápidamente, en esta forma perder sangre es perder partes del cuerpo, por lo que esta límitado a hacerlo con mucho cuidado a la intervención de terceros. La única forma de afectar al enemigo es si su sangre llegara a intervenir en el torrente sanguineo, a travez de una herida abierta o al ingerirla.

Qué le gusta: La noche y la luz de la luna, sentarse en soledad a olvidar el pasado, y sujetar sus manos recostado en cualquier lugar sintiendo una briza, mientras vea caminar a la humanidad. También sentirse un niño estancado sobre un columpio, previlengiando la sangre joven, los pequeños con sus madres. Luego pasar la tarde con sus pinturas y recuerdos tirado sobre una cama tocandose el cuello.Abrazar una muñeca mientras duerme, y escuchar Luwding Van Beethoven, o el ritmo rockero de Marilyn Manson.

Qué no le gusta: Agitarse. Las mujeres de cabello claro muy parecidas a su madre metamorfa; le da malos prescentimientos, el transporte público, los ríos profundos, los hospitales, los cementerios con estatuas divinas, las iglesias, Roma, el clima muy cálido, las grietas en la frente.

Hobbies: Cada 2 días visitar la tumba de su padre, y subir a lo mas alto a gritar y enfadarse, meditar. Patear maniquies en las tiendas comerciales, llorar y reir.

Descripcion Fisica: De descendencia Anglo-Sajona, su color de piel blanca (fotografia solo de guía), una nariz respingada pero con curva turca, labios delgados y ojos agua clara verdosos almendrados, cabello negro largo ondulado o a veces elevado. De una altura superior a 1, 80 mts, delgado pero proporcional, dedos largos, y muzlos apretados, cejas despectivas y linda sonrisa.

Descripcion Psicologica: Carismático por inisiativa propia, no se considera una persona felíz pero vive el día a día, no es rencoroso ni abaro, y menos prejuicioso, distraído, pero un tanto esquizofrénico, más de alguna vez le interesa hablar solo, y pasar tiempo encerrado. ¿Algo malo? no confía en las personas mayores, solo en la verdad escondida en los inocentes pequeños. También tiene problemas al controlar las lágrimas profundas y las risas exageradas, por lo que puede llegar a ser molesto. Por otro lado, hay veces en que caya de repente. Es paciente y amable, compasivo con sus enemigos y amigos, también un tanto masoquista.

Historia:
-"De nacer, habría nacido bajo tierra, entre las aguas o cayendo de un carruaje en pleno parto, para no alcanzar a entender que es la vida o la muerte, y no sufrir, imaginando que el dolor es algo hermoso"-

Era la oración que cada noche repetía dentro del maldito, asqueroso imperio de mi padre en un tiempo atrás, cuando este pretendía satisfacer conmigo su pecado.
Cuando mi padre me poseía , porque mi madre desde pequeño me había acostumbrado, cuando me amarraba y me cegaba, cual cordero tembloroso ante el depredador, yo había crecido marcado en el cuello como un borrego, y era mi deber dejarme extasiar.

El sol pegaba en mi cara cuando despertaba, cansado miraba la diminuta y lejana ventana en algun lugar del inmenso calabozo, mi joven amiga la dama de hierro acompañaba mi desayuno tempranisimo, los cadaveres putrefactos y en huesos reian junto a mi desde pequeño cuando mi instrumento amigablemente sonoro, lanzaba un chirrido molesto.
Esperaba en el fondo contando mis dedos cada vez, ¿Esperanza de encontrar uno de más? ¿Quién sabe?, entonces llegaba mi pordiosera madre con su ojo caído, sus cabellos blancos dejados como calavera, mi deforme madre concevida como esclava, sus uñas roidas exquisitas y su cuerpo alargado y huesudo, su viente bizarro y tembloroso.
Me tomaba desde la muñeca y paseaba conmigo cubriendo su rostro, yo le acompañaba, 15 minutos exactos, antes de que llegara la hora de mi castigo en el monasterio, pagar por la locura de mi padre, por el pecado de mi madre de mirar al hermoso humano, de yo gritar horas eternas esperando, mirando las estatuas de angeles riendo haciendome burla, mientras repazaba con el dedo las comisuras de bronce en los vitrales, dandome vueltas para esperar a mi madre nuevamente. Pasaba las hora de mi vida allí dentro tocando el organo, jugando con los escudos de armas en la pared, o tratando de mirar mi cuello en el reflejo del piso, mi adolorido cuello, y mis muñecas heridas, las tres partes vendadas por mi madre cada noche cuando en la madrugada me rescata de las exitantes garras de mi padre y curaba su marca en mi cuerpo.
Mi madre llegaba luego y me tiraba del lugar cojeando. nunca le había pedido explicaciones, nunca un porque, nisiquiera la había escuchado hablar, solo miraba con lo que le quedaba de ojo y refunfuñaba apuntando con la cabeza que es lo que debía hacer.
Parado ante la puerta donde mi padre con finas telas de sedas me abraza y me besaba como amantes. Mi madre cerraba cuidadosamente la puerta descaradamente y sonriendo.
Mi padre, sujetaba la tela de satin y me giraba... lo mismo de todas las noches... cegarme como cordero. Y explicar lo que sigue, sería caer en perversión y sexualidad, insesto y depravasión, caer en la ambiguedad de decir que es un extasis doloroso. Pero... mi deber, sentir y no saber, porque.

Pero, uno de esos días extraño, donde dejas un recuerdo en grafito en tu mente, esos días melancólicos cuando no sabes que hacer, más que lanzarte al empedrado de la capilla u otro lugar y mirar al cielo, para mi las nubes pintadas, y pensar en la ilustración, el ¿Porque hago lo que hago? Porque no puedo ver a mi padre.

Ese día mi madre procedió tal cual siempre en su rutina, sin olvidar los minimos detalles, el perfume que siempre me impregnaba, las heridas en mis muñecas y cuello que siempre limpiaba antes de cada encuentro con mi padre, todo meticulosamente expresado.

Golpeo la puerta, hacia frío y sus manos tiritaban golpeando tac-tac. Abrío la puerta y me movió dentro, mi padre naturalmente me besó, mi madre con su rutinaria sonrisa se alejo.
Y mis ojos en oscuridad, mis manos amarradas.

Cada noche una parte de mi se iba, una parte de mi se alojaba en el cuerpo de papá, y el en mí. La noche iluminaba pero yo no lo sabía, el olor de mi cuerpo era asqueroso y el ambiente no era el de siempre, todo era extraño, el tacto a la fría piel de mi padre, dura.
El cosquilleo de su cabello en mi pecho cuando me usaba era extraño, doloroso.
Pero la noche continuo. Hasta cierto punto.

Amor, dolor, pasión, mediocridad, verdad, orgullo, deseo, respeto, gratitud ... cada noche me confundian, y me elevaba en no pensar hasta que llegara mi madre, pero, esa noche la curiosidad y el dolor se agudizaron.

-Padre, esta noche duele mucho... ah...- Aprentando mis manos a su espalda, mientras mi cuello era desesperadamente utilizado -De verdad....- El dolor me había sacado de mi quietud, que mis piernas dolían, mis venas tensaban.

Mi padre comenzó a morderme fuertemente sin soltarme, dandome samarreos salvajes en ocasiones, era como una bestia -Padre, duele!! Suelteme ya por favor mi cuerpo esta debil.... y no puedo más!! suelteme!!!- Haciendo presión ante la fuerza de mi linage.

-Ya basta!!!- Lo empuje hacia un lado cuando ya no podía más, y mi brazos calleron secos desmayados, jadeando de cansancio. -Padre... estas ahi? - Ante el silencio, tembloroso ... escuche unos sordos gruñidos y solte la venda sin mirar aun, entonces, despacio se fue formando su figura.

Gélido y hermoso, aterrador, dandose de cabezasos frente a las sabanas ensangrentadas, convulcionando como si yo fuera el cordon de su agonía. Sangre en su boca acolmillada y sus dos zarpas atrapandome -Mal nacido... tu sangre...- Dijo.

-¿Que eres?... que... que eres!!! que mierda eres tu!!...- Pegandome a la cabezera con repugnancia.

-Tu... tu deforme, tu sangre deforme, me hizo tu fiel esclavo... tu famélico dueño.... arrg...- Jadeaba acercandose a mi.

-No te acerques!!... que eres... eh?- Comenze a mirar mi cuerpo a revisarlo, estaba... estaba lleno de mordeduras, me desangraba y mi mareo aumentaba -Que me hiciste padre!!!.... Aaaah.. mi sangre... aaah!...- No podía detenerme y sentía como mi cuerpo incrementaba el calor.

-Eres un mal nacido, del vientre de ese mounstruo de tu madre... tu sangre me hizo esto!!.. mirame!!...- Suejetandome

-Me hizo adicto y débil a ti.... esa sangre mutante... - Se sentó en la cama mientras la luz le daba de frente en unos ojos amarillentos. Tragué saliva y comenze a reparar en sus palabras, en mirar mis manos, oler mi sangre.

-Entonces esto... es...- Perplejo. Sentía una concexión en ella algo extraño, como si supiese lo que ella me decía, me llamaba.

-Mirame!...- Sujetando mi rostro apretandolo -Yo tenía la vida eterna... la belleza, la eterna immortalidad... y tú me hiciste esto... me deterioras con tu sangre muerta, esa sangre alejada de Dios....- Llevó su mano al rostro y comenzó a rasguñar, en principios despacio, alternando despecio.

Yo seguía palpando mi sangre en las sabanas y me sentía euforico y risueño, la desgracia de mi padre me estaba dando gusto, ver como rasgaba su piel, y esta caía sin lograr recuperarse. Mi risa comenzó a incrementar mientras muy dentró de mí quería parar.

-De que riés pequeño mocozo...acazo no te das cuenta... - Levantandome de un solo agarron -Podría destrozarte en mil pedazos si tan solo....- Calló y solo me dejó caer contra el piso. Un frío piso donde mi sangre seguía depositandose.

Entonces mi madre entró con su horrible existencia, tratando de gritar hasta donde le permitía su boca chueca. Corrío como cualquier madre lo habría echo hasta llegar a mí. Miró a mi padre, luego a mi. El señor con el rostro partido tocía y me miraba con desprecio y dolor. Y en mi cabeza una vocecilla cantaba raspozamente, mis pupilas se movían de miedo al entender lo que eramos.... y grité como si me estubieran desmembrando, me revolcaba en el suelo sin sentir contacto alguno en mi cuerpo, solo un dolor dentró de mí. Me levante agonizando y dí la vuelta. Mi madre, a quién tanto adoraba a quién tanto quería, a quién yo perdonaba, pisoteaba mi sangre con ezmero, y lo que era peor, a mí , eso me dañaba.
mi cabeza daba vueltas entre el dolor, y la figura de mi padre en el umbral de la puerta, con una risa enferma, con un candelabro en la mano y esos ojos brillantes otra vez. Ella seguía zapateando y yo... solo podía gritar, no podía escapar.
Y entonces en camara lenta, vi como mi padre, ese señor despreciable, lanzaba el fuego sobre la alfombra de piel y la carcomía lentamente, mientras él desaparecía entre el humo.
La mujer estupida seguía pisoteandome, pero el dolor había pasado, su falda estaba siendo consumida y como todo un animal seguía sirviendo al Diablo, y esa voz comenzó a reír por sobre mi desesperación. La mujer se estaba quemando y emitía sónidos de garraspera, y se revolcaba tratando de no morir entre las brazas.
Fue entonces cuando riendo miré mis manos derretirse, la última escena antes de perder el conocimiento.

Desperte sintiendo humo, cansado y de espaldas al sol, comiendo tierra. Más allá,todo consumido por el fuego, y acaricie mi manos recordando lo que había pasado.
Caminé a los escombros por ignorancia, corrí para ver si mi familía estaba bien, y si todo había sido un mal sueño, pero ahí estaba.
La estatua de la capilla muy bien plantada mirandome con los ojos cegados, el ángel de la justicia con su lanza apuntando hacia abajo. Repare en ella, goteba una especie de líquido rojo, y bajo la punta de esta, donde caían las gotas, el maltrecho cuerpo de mi padre en plena putrefacción llevaba una sonrisa grabada. Me acerque sin entender nada y sujete de su cuerpo con cuidado, cuando este se redujo a polvo en un momento esparciendose por el aire... cerré mis ojos al sentir caer unas lágrimas y objete en la figura, tocándo la lanza, y en un instante mi querida sangre volvió a mi herida muñeca y dentró de mi pálpito, sentí como reía y me nombraba "Methiel, soy Menoch" Y miraba al cielo esperando morir.

Es el sueño que tengo cada noche en mi vida normal como pianista en la orquesta sinfónica de Manhatan, nunca he averiguado mis raices, ni pensar en averiguar lo que realmente soy, simplemente guardar mi secreto a la humanidad y vivir cada día envidiando a los pequeños en el parque, pero, solo buscando el significado de la palabra "Menoch, el envidioso", mientras muevo mis piernas sobre un columpio, cuando juego con una daga creada de sangre.

Spoiler:

Ya... porfin mi ficha esta lista si hay alguna otra edicion me avisan o.o

Solo admins y en los users en sus propias fichas pueden postear, borraré los mensajes, pero, Demian, si vamos al punto, todos los poderes de cada uno, o la mayoria, podrían ganar facilmente, claro que uno en el rol no puede manejar el otro personaje mas que atacar, asi que ahi juega el otro personaje y puede defenderse tranquilamente, es decir, por mas fuerte que sea el otro ataque, aqui en el rol, ningun personaje es asesinado por otro.
Porfavor respeten las reglas.